
El primer documento del Japón en donde se menciona a los gallos de pelea es el Caso Satsukiya en Nihonshoki. De acuerdo con este libro, Satsukiya era un rebelde que se había rebelado contra el emperador Yûryaku
(457-479) en agosto del 464. Satsukiya dejó su suerte determinada al resultado de una pelea de gallos. Él consiguió un pequeño gallo con alas cortadas y tusado, y sugirió al emperador pelear contra un gallo grande con espuelas de metal. El pequeño gallo ganó y inmediatamente Satsukiya lo mató.
Refiere esta descripción el libro Kokonyôranko (254 partes), escrito entre 1817 y 1843, que dice que este pequeño gallo habría sido el presente Chabo. El escritor refiere que el Chabo existía realmente en el siglo V en el Japón. Aunque este sería un error, ya que se asume que el Chabo fué introducido en Japón a inicios del siglo XVII. Este pequeño gallo, entonces, no era Chabo, pero sí probablemente un Jidori (raza japonesa). El gallo grande podría haber sido también un Jidori (dori o tori significa gallo en japonés). Casi todas las descripciones de las peleas de gallos se hicieron durante la era de Heian (794-1191).
De acuerdo con los documentos oficiales Sandaijitsuroku del emperador Yôsei, el mismo emperador miraba las peleas de gallos en la parte delantera de su jardín (28 de febrero de 882). Este es el primer documento que nos revela que pelaban gallos en el mismo palacio. Luego hubo más peleas de gallos en el palacio imperial del emperador Sujaku (930-945) y también se describieron peleas de gallos en el palacio del emperador Takura (1168-1179). Ciertamente, muchas otras peleas de gallos fueron llevadas y practicadas por hombres comunes.
De acuerdo con el Zen-Taiheiki de la era Kamakura (1192-1333), las peleas de gallos fueron prohibidas por el emperador Sujaku. La razón fue debida a la histeria que se producía durante las peleas de gallos en Kyoto. Por ello, las peleas de gallos se realizaban en las montañas.
Es conocido que algunas razas japonesas ya existían durante la era Heian. La mayoría de ellas eran denominadas Jidori (raza japonesa). En una de las pinturas Chôjûgigaernakimono, del autor Sôjou Toba (1053-1140), se ven el Shôkoku y el Shamo.
Según se indica en el diario de Thika Fujiwara Meigetsuki (1180-1235), muchos Shôkoku fueron usados durante las peleas en el palacio imperial. Por ello se supone que era la primera pelea era sostenida con el Shôkoku en la parte delantera del jardín imperial el 28 de febrero del 882. Aunque existen no más largos Shôkoku en China, se piensa que estos fueron importados de China.
Por ello es que se dice que los Shamos fueron introducidos al Japón durante la era Tokugawa (1603-1867). La pintura Nenchûgyôjiemakimono, de Mitsunaga Tosa, y el Chôjûgigaernakimono, de Sôjou Toba, pruebe sin embargo que los Malayos fueron importados de la China hacia el Japón al inicio de la era Heian. Durante la era Tokugawa, el O-Tômaru, Chabo y Ukokkei fueron importados de la China, y el Shamo de Siam (Tailandia). El O-Tômaru, un gallo combatiente muy grande de 90 centímetros de altura, perdió popularidad por la ventaja del Shamo, y por ello vinieron a extinguirse en su totalidad durante la era Tokugawa.
En el libro Kinruijusetsu, escrito durante el periodo Kyôyo (1716-1735), dice que el lord feudal de Satsuma (familia Shimazu) tenía huevos de Shamos puros importados en barcos y el Satsumadori. El Satsumadori (gallo de Satsuma) era un secreto en esos días. Estos huevos fueron vendidos a los caballeros feudales en Kyûshû, Chûgoku y los ricos comerciantes o caballeros feudales que vivían en Edo (actual Tokio). En la era Tokugawa, todos los caballeros feudales tenían que vivir en Edo cada dos años en caso de evitar una rebelión contra la familia Tokugawa. La esposa principal de un caballero feudal tenía que vivir en Edo por toda la vida. La mayoría de gallos de pelea eran usados para las peleas y también para híbridos con Shamos y O-Tômaru.
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